Psicomotricidad infantil de 0 a 3 años: cómo impulsar su desarrollo

En El Castillo de los Gnomos, creemos que moverse es aprender. Cada pequeño paso, cada salto, cada juego… es una oportunidad para que los niños descubran su cuerpo, se relacionen con los demás y desarrollen su autonomía. Por eso, la psicomotricidad forma parte de nuestro día a día, acompañando a cada niño en su crecimiento.

En esta ocasión te contamos qué es la psicomotricidad, por qué es tan importante en los primeros años y cómo la trabajamos en nuestro centro infantil en Granada. Además, incluimos ejemplos prácticos y consejos que podrás aplicar fácilmente en casa con tus peques.

¿Qué es la psicomotricidad infantil?

La psicomotricidad infantil no es una clase, sino una forma de entender el movimiento. A través del juego libre, el cuerpo se convierte en una herramienta para pensar, crear y comunicarse. De hecho, cada gesto, intento o caída forma parte de un proceso natural mediante el cual los niños aprenden a conocer sus capacidades y su entorno.

En este proceso, la psicomotricidad gruesa juega un papel esencial, ya que implica los movimientos amplios del cuerpo —como correr, saltar, trepar o mantener el equilibrio— que fortalecen la coordinación, la postura y el control corporal. Por su parte, la psicomotricidad fina se desarrolla a través de movimientos más precisos y controlados, como abotonar una prenda, dibujar o manipular pequeños objetos, habilidades que favorecen la concentración, la destreza manual y la preparación para el aprendizaje de la escritura.

Ambas dimensiones se complementan y forman parte de un mismo camino: el descubrimiento del cuerpo como medio de expresión y aprendizaje. Fomentar la psicomotricidad en la infancia no significa dirigir el movimiento, sino acompañarlo, respetando los ritmos de cada niño y valorando el juego como el escenario natural donde mente y cuerpo se encuentran para crecer. En El Castillo de los Gnomos, entendemos la psicomotricidad como una aventura: un espacio donde las emociones, la curiosidad y el cuerpo dialogan constantemente. Así, cada experiencia motriz es también una experiencia emocional y cognitiva.

La importancia de la psicomotricidad en los primeros años.

Entre los 0 y los 3 años, el movimiento es la principal vía de aprendizaje. Gracias a la psicomotricidad, los niños:

Desarrollan coordinación y equilibrio.

El movimiento libre y acompañado les ayuda a conocerse, ganar estabilidad y moverse con confianza. Aprenden a calcular distancias, posturas y tiempos, fortaleciendo su seguridad corporal.

Estimulan su mente.

Moverse también significa pensar. Por ejemplo, al decidir cómo alcanzar un objeto o desplazarse de un lugar a otro, los niños desarrollan la planificación, la atención y la capacidad de resolver problemas. En consecuencia, su mente se mantiene activa y conectada con el entorno.

Fortalecen la autoestima y la autonomía.

Cada pequeño avance, como lograr un nuevo movimiento o coordinar ambos brazos, enseña al niño que puede hacerlo por sí mismo. Así, se refuerza su autoestima y aumenta su motivación por aprender.

Fomentan la socialización y el lenguaje.

Durante los juegos en grupo, los niños aprenden a esperar turnos, colaborar y comunicarse. El movimiento se convierte en un lenguaje propio que les permite expresar emociones y necesidades, preparando el terreno para la interacción social y el desarrollo del lenguaje.

¿Cómo trabajamos la psicomotricidad en El Castillo de los Gnomos?

En nuestras aulas y patios, cada rincón invita a moverse. Nuestras educadoras acompañan y observan, adaptando las propuestas al ritmo y necesidades de cada niño.

Realizamos actividades psicomotrices con sacos, triciclos, enseñanzas de deportes, y muchas más. Trabajando la motricidad gruesa para fortalecer los músculos y tener más seguridad al desplazarse.

Cuando un niño manipula bloques, cierra una tapa o pinta con los dedos, está afinando su motricidad fina, es decir, la coordinación ojo-mano, la precisión y la paciencia.

En El Castillo de los Gnomos, cada juego y cada movimiento se convierten en aprendizajes que fortalecen la autonomía, la confianza y la creatividad.

Juego libre y guiado:

Combinamos la libertad del movimiento espontáneo, por ejemplo, con actividades psicomotrices pensadas para estimular distintas capacidades, siempre desde la curiosidad y el disfrute. Organizamos juegos con ritmo y música como canciones, bailes y palmadas para integrar el movimiento y la expresión emocional.

Actividad en equipo
Niños jugando y explorando en el jardin

Ambiente preparado:

Nuestros espacios están diseñados para invitar al movimiento. Organizamos actividades y exploraciones sensoriales para desarrollar sus sentidos y movimientos: juegos con agua, arena, telas o materiales naturales para despertar los sentidos y la coordinación.

    Recomendaciones para estimular la psicomotricidad en casa.

    ¡Y no te preocupes! No hacen falta materiales especiales, solo tiempo, espacio y ganas de jugar. Además, los peques sabemos que dejan volar su imaginación, así que será siempre momentos llenos de diversión

    Motricidad gruesa

    • Bailar juntos al ritmo de la música.
    • Jugar a empujar o arrastrar cajas ligeras.
    • Hacer juegos de imitación, por ejemplo, animales que caminan, saltan o se estiran.

    Motricidad fina

    • Jugar con pinzas, tapas o botones.
    • Pintar, amasar plastilina o rasgar papel.
    • Tareas en casa, por ejemplo: ayudar a poner la mesa o abrir y cerrar recipientes.

    Si te interesa seguir fomentando el vínculo familiar, te invitamos a leer nuestro artículo del Día de la Familia.

    ¿Por qué elegir El Castillo de los Gnomos como centro infantil en Granada?

    Equipo de educadoras cualificadas en educación infantil y psicomotricidad: contamos con profesionales tituladas y con formación específica en psicomotricidad y acompañamiento

    Espacios amplios, seguros y adaptados por edades: nuestras aulas y patios están diseñados para favorecer el movimiento libre, la exploración y el juego seguro. Cada zona se adapta a la etapa evolutiva de los niños y cumple con todas las medidas de seguridad.

    Metodología activa y respetuosa: basamos nuestro trabajo en el juego, la observación y el movimiento libre. A través de la psicomotricidad y la exploración, los niños desarrollan autonomía, coordinación y confianza.

    Comedor con cocina propia: elaboramos menús caseros y saludables adaptados a las necesidades de cada edad, además de fomentar hábitos alimentarios positivos en un entorno tranquilo y familiar.

    Entorno afectivo y cercano: en El Castillo de los Gnomos cada niño se siente escuchado y acompañado. Creamos un ambiente familiar, cálido y de confianza, donde aprender y crecer es una experiencia feliz.

    Si quieres que tu hijo crezca en un entorno seguro, estimulante y lleno de oportunidades para moverse y aprender, te invitamos a visitarnos.

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